17/11/11

Rompen mis manos con balas


finas como besos en la mejilla
sobre la mesa del despacho
oval

queda un rostro una mirada un espejo
sin arrugas ojos entornados cuando
se escucha el principio de la explosión.

Pierdo los sueños cuando despierto
y es por eso que siempre quiero
quedarme a tu lado:
hubo un minuto de silencio esta mañana
junto a la parada del autobús:
son las ruedas prestadas
las que terminan siempre
por reventar. 

(Escrito a principios de 2011)

No hay comentarios:

Publicar un comentario