A veces es dormir
sin un calcetín,
para coger frío en el alma
y no encontrar
tu calor al despertarme.
Estar frente a la taza de los cereales
viendo como las mismas noticias
de siempre, se hunden sistemáticamente
hasta el fondo.
En un rincón de mi corazón
me sumerjo de camino
a la oficina, bien abrigado
- bufanda y todo –
sin saber muy bien
si al cruzar la calle
los semáforos están
silenciosos.
Y entonces llega el espanto,
el horror, la visión
fragmentada de las
baldosas moteadas
del suelo,
resbalando
entre silencios,
perdiendo los zapatos,
enfriándome el alma,
sin encontrar tu calor,
sin levantarme.
Sin lugar a dudas es lo más sincero que he leído en mucho tiempo, Pedro Verdejo, directo desde el alma... me emocionas..
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