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trabajadores de a saldo
vigilantes de seguridad
bien entrenados
y un único árbol
de ramas gruesas y robustas
ideales para los ahorcamientos.
Verás a hijos de obreros
carpinteros mecánicos carniceros
publicistas panaderos
camioneros costureros
telecomunicadores
químicos ingenieros
zapateros curtidores
papeleros recicladores
farmacéuticos comisarios
cajeros y fontaneros,
mirando a sus padres en lo alto
meciéndose en círculos
al capricho de los vientos.
Pero dime compañero,
¿dónde están los que trenzan
las sogas? ¿dónde están los que
señalan y marcan al hierro ardiente?
¿dónde están los que manipulan
el lenguaje, comercializan procesos
de crisis, imponen su movimiento
sus soluciones, reclaman diferencias
culturales, conciertan un mismo orden
cambian todos los números y
describen tus heridas
con estadísticas perfectas?
¿por qué nunca los hemos visto
trabajando en el arado?
Se ven otros árboles y otros pastos
más allá de la plaza del polígono.
Con mi arado abro los surcos
con mi arado escribo yo
páginas sobre la tierra
de miseria y de sudor.
Aún se ve el mar
y también las nubes altas
en el cielo.
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