31/3/12

Golpeándolo en el baño


no consigo destruir mi rostro o arañar
hasta hacer caer un fino hilo de sangre.

Me afeité descuidadamente
en el cajero del banco
sórdido sumido de cieno
con el corazón vendido de pasado
recordado como almizcle
dormido
perdiendo días
para coger frío en el alma
y no encontrar
ningún calor al despertarme.

Estar frente a la taza de los cereales
viendo como las mismas noticias
de siempre se hunden sistemáticamente
hasta el fondo.

En un rincón de mi corazón
me sumerjo de camino
a la oficina, bien abrigado
sin saber muy bien
si al cruzar la calle
los semáforos quedan
silenciosos

los oídos tiemblan
al escuchar
al escuchar
todos los días
así al escuchar

terapia como escritura
como tra/bajo como escritura
como terapia

tus palabras gritos susurros
quedan siempre
no escuchar
no escuchar

es rendirse
es la lluvia
fina persistente
durante la noche larga

llena de ansiedad
carcomiéndome. 

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