25/1/10

Sin un calcetín

A veces es dormir

sin un calcetín,

para coger frío en el alma

y no encontrar

tu calor al despertarme.


Estar frente a la taza de los cereales

viendo como las mismas noticias

de siempre, se hunden sistemáticamente

hasta el fondo.


En un rincón de mi corazón

me sumerjo de camino

a la oficina, bien abrigado

- bufanda y todo –

sin saber muy bien

si al cruzar la calle

los semáforos están

silenciosos.


Y entonces llega el espanto,

el horror, la visión

fragmentada de las

baldosas moteadas

del suelo,

resbalando

entre silencios,

perdiendo los zapatos,

enfriándome el alma,

sin encontrar tu calor,

sin levantarme.

1 comentario:

  1. Sin lugar a dudas es lo más sincero que he leído en mucho tiempo, Pedro Verdejo, directo desde el alma... me emocionas..

    ResponderEliminar