Te gusto porque te escucho
y te
escucho porque me gusta
lo
que dices desde el fondo
de tus ojos.
Me
gustas porque me miras
con
esa travesura inocente
de
mirar lo que te gusta.
Me
gusta la sonrisa de tus ojos,
la
emoción en tus palabras,
este
tenerte y no tenerte
y
volar libres
sin
alas.
Te
gustan mis manos
te
gusta mi culo
te
gusta mi lengua
me
gustas en tus abrazos,
tus
travesuras
tus
arrebatos.
Te
gusto al desgarrar gemidos
desde
donde tiembla
la
columna del mundo.
Me
gustas entre versos,
lamiendo
tu piel desnuda
sobre
tu almohada.
Pero
sobre
todas las cosas
me
gusta que te guste
mi
mirada limpia que
gusta
de tu limpia mirada
cada
vez que me amas.
Beatrice Borgia y Pedro Verdejo
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