en
sueños encuentro un atisbo
de
silencio en la mirada de los años.
Sólo
cuando abrazo tu cuerpo
más
allá de las posibilidades
y de ese
silencio pero
aún
quedan cinco horas y
no
aguanto ya más aquí dentro
en este
cuerpo de neuronas
sin alma
donde ya no hay luz
y el
calor se construye
de
pequeños huecos
en la
memoria
como
golpes en la cabeza
desde
dentro los peores
no hay
manera humana
de
pararlos, tan sólo
queda sangrar
el cielo.
(escrito a principios de 2011)
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